El dibujo y la pintura pertenecen a lo que tradicionalmente se conoce en las artes plásticas como gráfica. Ambas disciplinas comparten algunos elementos compositivos, pero cada una tiene sus propias técnicas. Veamos algunos conceptos generales.
La composición, que se refiere a la forma como acomodamos los elementos que van a aparecer en nuestro cuadro o nuestro dibujo (o también en nuestra fotografía, o escultura, de hecho) se vale de elementos constitutivos como la simetría:
Simetría es definida en el diccionario como "Correspondencia exacta en forma, tamaño y posición de las partes de un todo". También así: "Correspondencia exacta en la disposición regular de las partes o puntos de un cuerpo o figura con relación a un centro, un eje o un plano". Simetría es un principio que da equilibrio. Se distingue al dividir con una línea imaginaria el centro de una imagen, ya sea de forma vertical u horizontal, o ambas, como en la imagen de arriba.
En las artes visuales, la simetría no siempre es perfecta, pero nos permite darle equilibrio y armonía a nuestras imágenes:
Aquí vemos un ejemplo de simetría cuyo eje es horizontal:
Otro elemento es la perspectiva: Es el arte de dibujar volúmenes (objetos tridimensionales) en un plano (superficie bidimensional) para recrear la profundidad y la posición relativa de los objetos.
Un plano (una hoja de papel, un pliego de cartulina, un lienzo en los cuales vamos a dibujar o a pintar) solamente tiene dos dimensiones: altura y anchura; un volumen tiene tres dimensiones: altura, anchura y profundidad. La perspectiva nos permite engañar al ojo para que perciba en un plano la tercer dimensión: profundidad. Esto le da más realismo a nuestra imagen.
Para crear la perspectiva necesitamos hacer que los objetos que están más cerca aparezcan más grandes que los que están lejos, lo cual se logra mediante el punto de fuga, que es el punto "lejano" en el cual se juntan todas las líneas que conforman nuestro dibujo, si las prolongamos de forma imaginaria: